La mirilla en la era digital

¿Dónde fueron aquellos tiempos en modo "la vieja´l visillo"?
Sustituido el cotilleo vecinal (actualmente mal visto), por la justificación del miedo a la inseguridad física, que queda como más presentable pero manteniendo vivo cierto deseo de mirar sin ser visto, es difícil encontrar hoy en día un portón de vivienda (e incluso de oficinas) en los que no haya instalada una fantástica mirilla. Todos nos hemos asomado e incluso nos hemos puesto de puntillas a veces para llegar a ella con la tranquilidad de que desde el otro lado no somos observados.
Con la nueva era, ¡bingo!, las mirillas digitales!!! Además de que es imposible que la persona que llama a nuestra casa detecte nuestra presencia en el interior, por cuanto la veremos por pantalla sin tener que acercarnos al portón sigilosamente, incorporan una cámara fantástica que recoge cada ángulo del descansillo o zona de paso... y encima graban!!!
¿Casi perfecto? Pues no tanto: Fantástico para la tranquilidad pero terrible para la intimidad de quien pasa por la zona.
La Agencia Española de Protección de Datos no considera admisible la instalación de estos mecanismos de visión si van acompañados de grabación y que permiten ver (y grabar) el portón del vecino y zonas comunes, de modo que ha impuesto recientemente una sanción a un propietario por instalar una mirilla digital con grabación sin adoptar las medidas de precaución adecuadas, con una multa de 300 euritos...
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